El bienestar integral se encuentra estrechamente relacionado a cómo nosotros mismos tomamos conciencia de nuestro cuerpo y lo cuidamos. Por supuesto, nuestro bienestar se verá reflejado en aquellas actividades que priorizamos en nuestras vidas y lo que estas implican para nosotros.
Pero, antes de hablar de las actividades que nos pueden ayudar a obtener el bienestar integral, es necesario desmitificar que este solo se obtiene con la salud física. El bienestar de las personas se encuentra intrínsecamente ligado a otros pilares de nuestra vida.
No es casualidad que la propia palabra bienestar signifique, según la primera acepción del diccionario, “conjunto de las cosas necesarias para vivir”. Con esta definición tan explícita, es fácil darnos cuenta de que no estamos hablando simplemente de algo que implique sólo la forma física y la salud orgánica.
El bienestar debe lograr impulsar una sensación de equilibrio vital, es por esto que, además de tener en cuenta la salud física, es adecuado considerar la salud mental, el confort espiritual y las relaciones que tenemos en nuestra vida.
Algunos consejos para obtener el bienestar integral
Por supuesto, no todos sienten un bienestar integral haciendo las mismas actividades o adquiriendo los mismos hábitos. Sin embargo, en el artículo de hoy te dejamos algunos consejos que podrían serte útiles para comenzar con tu camino.
Una carrera contra el sedentarismo
Una vez que el sedentarismo se ha apoderado de vos, el bienestar tiende a reducirse. La falta de movimiento en nuestro día a día puede conducirnos, más rápido de lo que nosotros mismos creemos, a vivir inmersos en una sensación de estancamiento.
Una buena forma de romper con esto es pasar tiempo al aire libre. De hecho, este hábito tan sencillo puede ser un gran cambio para tu nivel anímico, además de que estarías comenzando a poner en movimiento tu cuerpo, lo que, siempre produce la sensación de salud.
Las nuevas directrices recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes – saqué esto del sitio de la OMS.
Probar cosas nuevas
Por supuesto, este punto es completamente amplio pero esto resulta ser una muy buena ventaja. Tenemos la posibilidad de probar tantas cosas nuevas como queramos, incluso decidirnos por varias de ellas.
Existen miles de actividades que pueden hacerse cotidianas para nosotros. Siempre debemos buscar la interacción colectiva y los ambiente positivos. Podés incorporar hobbies, pasatiempos, retomar algún hábito saludable que abandonaste, etc.
Establecer las rutinas que sean sanas y cómodas para vos
Las rutinas son la base de nuestra vida saludable. El caos de horarios y las tareas pendientes que hay que hacer de aquí para allá, no benefician en nada nuestro bienestar integral. Estos malos hábitos desestabilizan nuestro cuerpo generando, por ejemplo, perturbaciones en los ciclos de hambre y sueño. Nuestro organismo está diseñado para funcionar con ritmos y ciclos regulares. Esto aplica a las horas de descanso, a cuándo nos alimentamos, a los momentos que dedicamos a hacer actividad física, etc.
Abordar ese malestar que te afecta
Si bien lo que fuimos mencionando antes te ayudará a fortalecer tu bienestar integral, podría haber cosas que te estén afectando en forma negativa y que no se solucionarán solas; a menos que las trates debidamente.
Podrías estar pasando un proceso de depresión, sufriendo estrés, siendo presa de la ansiedad, quizás teniendo alguna adicción, preocupándote por los kilos de más y sus consecuencias para la salud, conviviendo con algún conflicto de relaciones interpersonales, etc. Haga mucho o poco que estás con este problema, vale la pena intentar una vez más solucionarlo. Sin dudas, la mejor forma es buscando apoyo profesional. Los mejores resultados se logran cuando abordamos estos desafíos de la vida en forma integral. Es decir contemplando lo físico, mental, social y espiritual; ya que somos seres indivisibles.
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